Esta tarde se han filtrado los costes de desarrollo de Horizon Forbidden West y The Last of Us Part II, dos de las mayores superproducciones de Sony de los últimos años.
Lo ha hecho, además, de forma muy curiosa, a través de la documentación que se ha presentado en el pleito entre Microsoft y la FTC que se está celebrando estos días en Estados Unidos. En estos documentos estos datos estaban tachados para ocultarlos al público, pero los tachones no estaban hechos bien y los números eran transparentes.
Y así, todo ratoncito terminó en internet. Según estos documentos, Horizon Forbidden West tuvo un costo de desarrollo de 212 millones de dólares, con una producción en la que trabajaron trescientos empleados durante cinco años.
The Last of Us Part II fue incluso un poco más caro, costando 220 millones. En este caso, dos personas trabajaron en este caso, durante un período de siete años.
Es importante tener en cuenta, además, que estos son los únicos costes que implica el desarrollo de ambos juegos. Estas cifras no incluyen, por tanto, ni los costes de marketing ni los de distribución, que también son notablemente elevados.
Se sabía, por los comentarios de directivos de la industria, que los costes de desarrollo se habían disparado en estas dos últimas generaciones, y que en PlayStation 4 y Xbox One la mayoría de títulos triple A habían costado entre ochenta y cincuenta millones de dólares. Los datos filtrados hoy son la primera confirmación de los costes de los títulos triple A de Sony para la actual generación.
Costes que no todo el mundo cree convenientes. Shawn Layden, exjefe de PlayStation America (y supervisor de The Last of Us Part II) explicó tras dejar Sony en 2019 que “el problema es que el modelo no es sostenible. Toma estos números y multiplícalos por dos y piensa que puede crecer”.
“Creo que la industria en general debería sentarse y pensar ‘OK, ¿qué estamos creando? ¿Cuáles son las expectativas del público? ¿Es esta la mejor manera de explicar nuestra historia, de decidir lo que queremos decidir?’”.